Icono del sitio blancasanchezrobles

Mi Dafo particular. Sugerencias para estudiantes atribulados o confusos

En este post voy a intentar responder a una pregunta que, de vez en cuando, me he hecho a mí misma. Si tuviera veinte años y estuviera en los primeros cursos de carrera, ¿qué haría de modo distinto a como lo he hecho? ¿qué haría de la misma forma? Esto, en el fondo, no es más que un DAFO retrospectivo aplicado sobre ese balance que solemos hacer los que ya empezamos a peinar canas y a lucir arrugas. Y quizá compartirlo con personas más jóvenes sea una especie de catarsis para mí, y resulte útil para otros que, en estos momentos, analizan la manera de prepararse de la mejor forma posible con vistas a afrontar ese mercado de trabajo – un tanto temible, es cierto – que les espera.

Para empezar, un dato positivo. Volvería a estudiar CC Económicas y Empresariales (así se llamaba cuando la hice, soy muy vieja). Ahí no me he equivocado. Es una carrera versátil, generalista, que quizá no profundiza demasiado en nada, pero sí toca un poco de todo, y te hace descubrir la belleza de las matemáticas, de la lógica deductiva, de la historia, del derecho, de la conducta emprendedora de muchos, de la creatividad de otros…Puedes dedicar el resto de tu vida a vender zapatos de salón por internet, o a estudiar las soluciones numéricas a las ecuaciones diferenciales con varias variables de estado, o a hacer planes de viabilidad, o a calcular swaps de tipos de interés con opciones de compra y bullets. La carrera te lo permite. Tendrás que aprender por tu cuenta muchas otras cosas sobre esos campos, claro, pero al menos los cimientos están colocados.

Nota: para saber a qué lugares o personas se refieren las fotos, basta pasar el cursor por encima

Sin duda, si hoy tuviera algunas décadas menos de vida, dedicaría mucho más tiempo a las matemáticas, la estadística y la econometría. Son campos arduos, duros, a veces plúmbeos, pero forman la cabeza como nada, y proporcionan unos conocimientos y una estructura mental que, en ocasiones, resultan un arma letal contra algunos master del universo que se creen que lo saben todo, ya sea el jefe, la directora de la oficina bancaria, el abogado, el referee o el cliente. Dominar estos campos  permitirá no sólo ser investigadores competentes sino, también, buenos asesores financieros, consultores, auditores, gestores de cuentas, y, por supuesto, director general, consejero o ministro. He comprobado que hacer bien los números, de un proyecto, inversión, negocio, cambio legislativo… es algo que no abunda demasiado. Quizá porque a los españoles nos va más la improvisación que la planificación, o porque plantear los aspectos numéricos de un problema exige atención, rigor y tiempo, el caso es que, en tantas ocasiones, los números no están o, al menos, no están bien hechos. Por eso pienso que quien se maneje con soltura en el proceloso mundo de las cifras tiene gran parte del éxito asegurado.

Vista de Pest desde Buda

Por supuesto, dedicaría más tiempo al inglés. Le he destinado muchas horas de mi vida, y con resultados satisfactorios, pero en este campo todo es poco. También asignaría más tiempo al francés. El chino, no lo sé, tiene unos costes de entrada tan tremendos…

Haría lo posible por moverme con más soltura en el mundo del Data Analysis y el Big Data, por ejemplo algún curso de R o Python, de esos que te permiten programar, marear los datos y extraerles toda la información posible. Y también en el campo de la comunicación y las redes sociales – aunque esto quizá pertenezca ya al mundo de las soft skills– para sacarle el máximo partido a Twitter, las infografías, los videos, y todo lo que vaya apareciendo, sin olvidar instrumentos más clásicos para lanzar un mensaje, como la  oratoria o el debate.

Sacaría tiempo para hacer un curso de cine y fotografía, lenguajes de comunicación de ideas fundamentales en nuestro mundo y que me hubieran venido de maravilla (la mayor parte de las fotos de este post son hechas por mí y por tanto, como se ve, bastante malas). Haría mucho más deporte, y conseguiría aficionarme de verdad a alguno (gran asignatura pendiente). Y dedicaría mucho tiempo a la gente: familia, amigos, compañeros de aulas…. Una persona es infinitamente más interesante y valiosa que una buena película o que un software de última generación.

Y sobre algunas cosas que sí he hecho, y volvería a hacer, desde luego, aunque quizá centrando más el tiro: leer mucho y variado (prensa, literatura, ficción, algún clásico, pensamiento), viajar procurando conocer a fondo el lugar visitado, pasar una buena temporada en EEUU (indispensable para entender el mundo que nos rodea), recorrer muchos enclaves de España, oir música, pensar…

En fin, mi DAFO particular me sugiere estas ideas. Por supuesto son rebatibles y mejorables. Si a alguien alguna le resulta interesante, doy por bueno el  tiempo empleado en componerlo.

Salir de la versión móvil